Etiquetas

Archivo del blog

lunes, 17 de febrero de 2014

Capítulo 68


Estamos encima de una de las viviendas abandonadas y sin hacer ruido bajamos y nos metemos por una de las ventanas sin ser vistos por nadie.
Nos encontramos en la parte de clase media del capitolio así que los muebles no son tan caros como en donde me alojaba cuando venia pero una mesita de estas podría alimentar a mi distrito durante más de 3 meses. Buscamos hasta que encontrar un enorme armario lleno de ropa, pelucas, maquillaje…etc.
Como Ethan no tiene ni la más remota idea de la ropa a excepción del feo y gris mono del distrito 13 soy yo la que lo prepara y le hago ponerse unos pantalones rojos de pana, con una camisa de rayas bastante estilo capitolio. Para ser una familia no muy rica tienen muchos utensilios de maquillaje. Le pinto las puntas del pelo de rojo con una especie de spray y le cuelgo varios pendientes de iman en la oreja. La cara se pinto al estilo chico- Capitolio y para esconder las armas le doy un enorme abrigo con capucha.
Paramos para comer alguna de las provisiones que trajimos y luego me preparo yo.  Encuentro un mono negro sin mangas, y una bufanda blanca de lana para el cuello.  Un no tengo el pelo tan largo como antes, pero encuentro unas extensiones rojas y me las coloco como si fueran mechas en mi propio pelo. En la cara me dibujo una máscara de rojo, dorado y negro para que sea imposible que alguien me reconozca, y al igual que Ethan me coloco un abrigo por encima, de color rojo escarlata lo suficientemente largo para que no se me vea que no llevo tacones.
Ambos nos miramos en el espejo.
-Esto… no me reconozco- salta él.
-Perfecto.
Salimos de la casa con nuestra bolsa de alimentos a la vista y las armas muy bien escondidas, nos camuflamos en la marea de personas desesperadas y cansadas que van en la misma dirección. Al parecer nos llevan hoy a una especie de estadio cubierto donde podremos descansar y mañana continuar la marcha.
Después de horas, el himno del Capitolio empieza a sonar desde varios altavoces y la voz de una reportera nos informa de varios movimientos de los rebeldes pero de repente dice algo que hace que Ethan me obligue a seguir andando.
“- Tenemos la certeza de que el grupo de rebeldes encontrados muertos en los restos de una vivienda en la zona sur pertenecen nada más y nada menos que a Katniss Everdeen y sus compañeros. Entre ellos Finnick Odair y Peeta Mellark…”
¿Cómo? ¡NO! ES IMPOSIBLE, NO PUEDEN ESTAR MUERTOS. Debo de haberme quedado en mi sitio, porque Ethan me agarra de la mano y tira de mí para que siga andando.
-Johanna, mírame. ¡Qué me mires! Seguro que están bien y los tienen si es que los han cogido en donde te tenían a ti. ¿De acuerdo? Continua y mira al suelo, pronto llegaremos a ese lugar del que hablan.
Cuando llegamos  aún sigo agarrada de la mano de Ethan, nos conducen a varias habitaciones y allí a solas me tranquiliza diciéndome que llame a Haymitch al hacerlo este me alivia contándome que sólo encontraron los cuerpos de varios soldados del 13, así que aún siguen vivos.
Al rato Ethan se sienta a mi lado y seriamente me pregunta
-Johanna, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Eso suena que aunque te diga que no, me la vas a preguntar ¿cierto?
Se ríe- Puede. Necesito preguntártelo, la verdad.
-Adelante
-¿Esta misión tiene algo que ver con lo que sientes por Finnick?- dice serio
-¿Cómo? – Me ha pillado totalmente desprevenida- ¿Sentir en qué sentido?
-Ya sabes, ¿lo amas?
-No, ósea si. Es de mi familia.- No parece hacerle gracia.
-Entiendo, ¿lo besaste alguna vez?
-¿Qué? No, sería como besar a mi hermano. Por dios.- Pone cara de sorprendido- No me digas que en el distrito 13 está permitido besar a tus hermanos. Y yo que pensaba que los raritos eran los del Capitolio…
-No, no. Pero he visto en tus ojos la pena profunda al pensar en que había muerto.- me dice.
-No es sólo por él. También esta Katniss y el rubiales. Los cuatro hemos pasado lo mismo los comprendo y son de mi familia, aunque a veces los quiera matar.
-Entonces… ¿no lo amas de esa manera?
-Por favor, dime que no estás celoso.- digo arqueando una ceja.
-Bueno…- empieza a hablar- tu y yo tenemos cosas en común…
-Espera. Se lo que vas a decir, y te entiendo. Pero necesito que veas que ahora no es un buen momento, aunque te prometo que si sobrevivimos a esto lo hablaremos.
-Perfecto, entonces habrá que sobrevivir.
Le doy un beso en la frente y le susurro.


-Exacto, chico listo. Ahora toca sobrevivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario