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martes, 4 de febrero de 2014

Capitulo 66


Siento la tardanza, pero entre exámenes es imposible. El caso es que espero que os guste y que no os moleste mucho las faltas de ortografía pero es que me tengo que poner ya a estudiar de nuevo...Un beso!


-¿Por qué?

Haymitch pega un bote del susto. Sigue con el teléfono en pegado al oído pero por su expresión creo que la llamada ya acabo.

-Al parecer uno de los miembros del pelotón de los chicos murió y necesitaban un sustituto así que la presidenta Coin decidió uno por su cuenta.-responde
-No, espera. Mi pregunta fue un Porque, es decir, ¿Peeta? ¿Enserio? Pero eso no es protección para Katniss sino todo lo contrario.
-Piénsalo.
-Quieren matarla. Pero ¿Por qué?
-Sitúate, ¿quién serias si tuvieras miedo de que la influencia de alguien te perjudicara?
-Bueno, Snow o…la Presidenta Coin.
-Exacto.
-De acuerdo, ¿Qué hacemos?- salto. No pienso quedarme con los brazos cruzados.
-¿Nosotros? Por ahora nada, no podemos tomar partido- me explica
-¡Los mataran! Cualquier error, los matara.
-Lo sé, lo sé. Pero tenemos que esperar...- como empiezo a protestar añade- un poco.
Enfadada salgo de la sala, y me dirijo hacia mi habitación. No puedo contarle nada a nadie, y menos a Annie. Me voy al cuarto de baño, me quito la ropa y me meto en la ducha.
“Tú puedes, es solo agua” “Solo agua”
Cierro los ojos mientras el agua me cae en la cara y me doy cuenta de algo.
Voy a luchar, aunque caiga, lo van a pagar. Todos.

Los días siguientes Haymitch me informa de las constantes novedades, al final se vuelve a convertir todo en una constante y monótona rutina. La buena noticia llega a la semana cuando Annie entra corriendo en mi habitación
-Johanna, ¡Johanna! ¡Tengo que contarte algo!
-¿Qué paso? ¿Es malo? ¡Cuéntamelo ya, descerebrada!
-Voy a ser mama.
Mi cara se congela de la sorpresa. Probablemente con una expresión graciosa que hace que Annie estalle a carcajadas. Al final la abrazo y la felicito, es algo hermoso como la vida puede desarrollarse incluso en las peores etapas, en las de guerra y muerte.
Aunque como siempre mi buena suerte acaba de la misma manera que llego y es intercambiada por dolor. Haymitch llega corriendo varios días más tarde, de la carrera apenas le queda aliento para contarme el problema.
-Hemos…perdi..do,- tose- Hemos perdido…la comunicación
-¿Cómo?- grito levantándome de un salto de la cama.
-No sabemos…lo que ha pasado, pero algunos han aparecido muertos, al menos 3. ¿A dónde vas?- me pregunta
-Tengo que hacer lo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo.
Y corro por los pasillos de la galería de tiro hasta que encuentro una cara familiar
-Beete, ¿tienes algo para mí?- le pregunto, y a modo de respuesta sonríe y poniéndose bien las gafas me pone una caja en las manos.
-Para ti- contesta. En la caja hay una hermosa hacha, la parte de metal es color dorado como la  de mis juegos del hambre, hermosa y una  empuñadura color bosque.- Ten cuidado, está muy afilada.
Se lo agradezco de corazón, y por primera vez me alegro de haberle salvado la vida en los últimos juegos. Estoy a punto de marcharme cuando se me acerca Ethan, que mientras se echa para atrás el pelo, me saluda.

-Ethan… ¿te apuntarías a una locura?


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