De repente abro los ojos y exhalo violentamente, como si
llevara sin respirar mucho tiempo. Ciega, totalmente ciega es como acabo. No
veo. ¿Estaré en el cielo? ¿Es posible que el cielo sea tan blanco?
Vuelvo a cerrar los ojos, asustada. Y me obligo a pestañear
varias veces hasta que puedo ver, tumbada en una camilla miro al techo de lo
que parece una sala de hospital. Me incorporo y veo que no hay nadie a mí
alrededor, aunque si puedo apreciar el ajetreo que hay en el pasillo ya que mi
puerta está abierta y no paran de pasar enfermeros y médicos de un lado para
otro.
Tengo varias vendas por el cuerpo, pero estoy perfectamente
incluso me siento con fuerza. Me levanto y veo que voy solo con una bata y el
pelo suelto y largo, salgo al pasillo cuando un medico me para.
-¿Qué hace usted fuera de su cama?
-¿Dónde estoy?
-En el Hospital del Distrito 2, por favor vuelva a su habitación.
-Pero… ¿están aquí los demás?
Alguien me pone una mano en el hombro, y estoy a punto de
darle con el codo cuando dice: Sera mejor que le hagas caso, Mason.
-¿Annie?- digo al darme la vuelta.- ¿Qué haces aquí? ¿Y
Finnick?
-Esto…- y antes de decirme nada rompe a llorar, no hace
falta que me diga nada, yo también empiezo a llorar y las dos nos fundimos en
un abrazo el cual poco a poco acabamos en el suelo llorando como dos niñas que
han perdido parte de su corazón.
No sé cuánto tiempo, no sé cuantas personas pasaron de largo
al vernos. Nos teníamos mutuamente, nadie más que ella sabía como yo me sentía,
nadie como yo comprendía el dolor de su corazón. Habían matado a Finnick, ya no
estaba el chico simpático y cariñoso del distrito cuyos ojos eran como el mar,
y te protegía como un hermano mayor.
Semanas más tarde me encontraba en la playa de la mano de
Annie, la cual se agarraba la barriga de embarazada con la otra mano. En el
distrito 4 hay una tradición para los funerales sobre todo los de aquellos que
eran héroes. Ponían el cuerpo en una barquita blanca y lo rodeaban de hermosas
flores que escondían los tablones de madera que para cuando esta se encontraba
en dentro del mar se prendían y envolvían en llamas el cuerpo y hacían hundir
los restos, todo esto era después de que una persona lanzaba una flecha en
llamas. Esta persona solía ser un familiar pero en este caso fue Katniss, la
cual había matado a la presidenta Coin, y después de estar recluida y
enjuiciada se le había concedido salir del distrito 12 para venir. De Peeta no
se nada, ni de Gale…
Me vuelvo a despedir de mi amigo en el momento que pierdo de
vista la barca, otras lágrimas surcan mi cara pero me mantengo firme. Aquí no
es momento de derrumbarme de nuevo.
De camino a la aldea de Vencedores del distrito 4, Annie se
marcha de mi lado y se pone junto a Katniss para hablar, en ese momento alguien
me coge del brazo con suavidad.
-Hola- me dice una voz algo ronca al oído
Sonrió levemente- Hola Ethan.- Lo miro, y va vestido de
color negro, no como un soldado sino para un funeral como yo. Aunque he de
admitir que está muy guapo.
Me paró en seco, y nos quedamos mirándonos a los ojos
mientras la gente pasa de largo sin prestarnos atención. Es un momento hermoso,
de reencuentro donde no hace falta las palabras nuestros ojos lo dicen todo. Nos
sonreímos embobados, atontados por tenernos cerca. ¿Quién me diría que volvería
a sentir mariposas en el estomago?
Me acerco y él me rodea la cintura a la vez que yo el
cuello.
-¿Sabes? Me voy a mudar
-¿Qué tiene de malo el distrito 13?- le susurro- ¿Poca luz
del sol? ¿Empiezas a sentirte como un topo?
-Creo que encontré una casa más a mi gusto- sonríe
-¿ah sí? ¿Dónde?
-Pues en el Distrito 7, claro está. Tiene grandes bosques,
la luz del sol ilumina todo el lugar y creo que necesito salir de ese agujero.
-Qué pena…yo pensaba que lo hacías por mí.
-Siempre lo hare por ti.- y me besa, como aquel primer beso…
Quizás nos llevamos minutos allí, disfrutando el momento, respirando el mismo
aire, sin nadie alrededor…
-Venga vamos- empieza a andar cogiéndome de la mano.
Veo que estamos solos aun en la playa y que poco a poco el
sol se está marchando por el horizonte.
Caminamos tranquilamente. Y todo es
perfecto. Pero me llamo Johanna Mason, mi vida no es perfecta. Sobreviví a 2
juegos del hambre, a la guerra, al maltrato, pero la vida es cruel, no tiene compasión.
Y menos conmigo.
Mi pesadilla se encuentra de pie en el camino con los brazos
cruzados,…
Quién es la pesadilla? Me ha dado mucha pena revivir lo de Finnick, me gustaba mucho y casi he podido sentir el dolor de Johanna y Annie, ¿por qué la guerra es tan cruel? :( Me ha gustado mucho el capítulo, espero el siguiente que me has dejado intrigada.
ResponderEliminarLo de Finnick es algo que nos toca mucho la fibra sensible a todo tributo...
Eliminaraaah ya veras!