Capitulo 49

Bueno, desde este los seguiré publicando cada dos días o como muy tarde cada tres. Por que ya empezó nuestro infierno personal y bachiller, bueno es bachiller.

El caso es que no se si os esta gustando esta parte de la historia, de verdad si es un no decírmelo. Y ¿que más? No se si continuar la historia, no quiero hacerla pesada. Aunque adoro escribir como Johanna, si puedo y queréis pues seguiré. Un besazo!

Katniss le da a Gloss con una flecha, veo venir a Cashmere por detrás de Katniss así que sin dudarlo le lanzo una de mis hachas apuntando al pecho , cae al suelo al segundo; por el rabillo del ojo veo a Enobaria lanzar un cuchillo que le da en la pierna a Finnick, pero este no lo puede esquivar ya que está ocupado desviando una lanza que le tira Brutus a Peeta. 

Si no fuera por la Cornucopia los dos tributos del distrito 2 estarían muertos, de repente suenan tres cañonazos. Así que sabemos que tanto Wiress, Cashmere y Gloss están muertos.

Perseguimos bordeando la Cornucopia a Enobaria y a Brutus, pero de repente la tierra a nuestros pies empieza a dar vueltas cual centrifugadora. Provocando que los cadáveres vayan al agua, Finnick me agarra para que yo no acabe también en ella.

Cuando finaliza veo a Katniss, Peeta y Finnick junto a mí, pero…

-¿Dónde está Voltios?- pregunto. Al momento lo vemos flotando en el agua, así que Finnick se lanza a por él.

Katniss mira como loca por su alrededor y nos dice a Peeta y a mí: -Cubridme.- y se lanza al agua hacia el cuerpo de Majaras, me imagino que para rescatar el trozo de alambre que tenia.

Cuando ya estamos los cinco. Digo: - Vámonos de esta isla apestosa

Recogemos nuestras cosas, yo llevo mis hachas en la espalda. Y decidimos que lo más sensato es ir a la playa de la sección de las 12, pero tanto Finnick, Peeta como yo, nos movemos cada uno a un lado. Empezamos a discutir hacia donde ir porque como se ha movido el suelo ya no sabemos qué zona es cada una. Siguen hablando sobre qué hacer, y yo solo comento que lo mejor que podríamos hacer es dar caza a los tributos del 2, pero con la mala suerte que tengo el agua borró las huellas.

-No tendría que haber hablado del reloj- comenta frustada Katniss- Ahora también nos han quitado esa ventaja.

-Sólo temporalmente – le asegura Voltios- A las diez veremos de nuevo la ola y nos pondremos otra vez al día

-Sí, no pueden volver a diseñar  toda la arena- comenta el rubio de Peeta.

-Da igual- digo yo ya impaciente, mis neuronas quieren o más acción o dormir algo- Tenias que contárnoslo, si no, nunca habríamos cambiado de sitio el campamente, descerebrada. Venga, necesito agua. ¿Alguien tiene alguna corazonada?

Elegimos un camino al azar y seguimos andando un rato

-Bueno, debe de ser la hora de los monos, y aquí no veo ninguno- comenta Peeta.- Voy a intentar ponerle la espita a un árbol.

-No, me toca a mí- le contradice Finnick, ya veo lo que pasa aquí.

-Al menos te cubriré las espaldas- le dice, pero no, no señor. Me toca a mí proteger al rubio.

-Eso puede hacerlo Katniss- digo yo- Necesitamos que dibujes otro mapa. El otro lo hemos perdido- le digo mientras arranco una hoja de un árbol y se la tiendo.

Todos aceptan pero veo como Katniss me mira como estudiándome, pero al segundo se da la vuelta y se aleja junto a Finnick para buscar un árbol donde clavar la espita y así conseguir agua.

No le quito la vista al rubio mientras dibuja. Miro de vez en cuando la selva y no puedo evitar comparar los árboles con los de mi distrito. Con mi bosque.

-¿Es bonito?- dice Peeta  interrumpiendo mis pensamientos

-¿El qué?

-Tu distrito, tu bosque, te he visto mirando los arboles y me preguntaba si quizás lo echabas de menos

-Oh, si. Es el típico bosque de un cuento de hadas- le digo.

Pero  antes de que pueda agregar cualquier cosa más nos llegan gritos del interior del bosque, creo que es Katniss que llama a alguien.

-PRIM, ¡PRIM!