Capitulo 27
Más tarde cuando recuerdo lo que pasó, sólo sé que me quedé
en shock.
Les vi alejarse. Y caer.
Las figuras de los dos tributos se perdieron en el mar
cristalino, siempre recordaré la imagen de Will gritando e intentando soltarse
de Christian y este sin soltarle le empujaba al fondo pero me seguía sonriendo
hasta el final, a mí.
Cuando vi por primera vez la arena me di cuenta que el
precioso mar azul desembocaba en una gigantesca cascada que desde donde estoy
no se le ve el fondo. Y estoy en lo cierto porque cuando perdí de vista las dos
figuras de los tributos al cabo de unos minutos sonaron dos cañones.
Me quería quedar parada, quieta y no moverme más. Pero no
puedo permitirme ahora ese lujo porque aún queda un tributo conmigo en la
arena. Y tiene que morir.
Alessandra
Corro hacia donde está la caja de mi distrito y veo lo que
hay dentro.
No mentiría si digo que ya me lo imaginaba. Es una preciosa
hacha de color dorada, y grabada en el mango con mi nombre. Pesa lo suyo pero
es realmente hermosa.
No puedo resistir la tentación de abrir la caja de Will, en
la suya hay una maleta con comida y botiquín aunque hay más, una bonita lanza
también en dorado. Como Alessandra aún no ha llegado abro su caja y ni miro su
contenido ya que directamente lo oculto en la cueva donde me escondí antes.
Queda una caja más, la de Christian, la abro rápido porque
temo que llegue Alessandra y como estoy herida que ella tenga ventaja.
Tengo ya abierta la caja cuando oigo que alguien se acerca
corriendo, agarro el saco que había en el interior de esta y salgo corriendo en
la dirección contraria del sonido.
Corro por las colinas, pasando de lado el árbol de tortura
de Fredic, y no paro hasta que llego a mi árbol. Subo y lo primero que hago es
ver si alguien me ha seguido. Cosa que no ocurre, luego me curo las heridas,
nada serio unos cuantos cortes, algún moratón y el labio hinchado porque el
bestia de Will me lo rompió.
Como y bebo he intento descansar un poco, cuando me
despierto veo que ya es de noche y en el cielo salen las caras de Will,
distrito 4 y Christian, distrito 12.
Adiós a otro amigo.
Eso me recuerda que me llevé su bolsa, la que le mandó el
capitolio.
Cuando la abro no me lo quiero creer, ¿Por qué? Esto tiene
que ser una broma, no es justo.
Dentro de la maleta había un bote, que indica en letras
grandes que es una medicina para curar enfermedades de la sangre.
¿Se podría haber salvado?
Aaahhhhh Christian D':
ResponderEliminarMe encantaaaaaaa! Necesito el siguiente Celia por favooor^^
Que, que, QUE?! Ains no, Christian, :'( le voy a echar muchisimo de menos y más ahora sabiendo que de no haber queridoi ayudar a Johanna habría conseguido su regalo. Me encanta la historia, te seguiré leyendo hasta el final.
ResponderEliminarNos vemos :D
Ya da mucha pena, pero es asi...
EliminarPuff puess veras. Espero lo que estoy escribiendo te guste:)