No todo es lo que parece...
¿Nunca pensasteis como fueron los juegos de Johanna Mason, ni como los vivió?
lunes, 12 de enero de 2015
martes, 22 de julio de 2014
NUEVAS IMÁGENES DE SINSAJO
Estas son algunas de las que he encontrado, mientras más encuentre (ya que se supone que saldrán nuevas estos días) las iré poniendo y demás.
Un besazo!
Capitulo 77
Bueno, creo que este sera el último capitulo porque se que queríais un final más completo. Me ha encantado escribir otra historia, incluso he empezado una mía propia. Quizás publique aquí un capitulo para que me digáis si os gusta. Espero que hayáis disfrutado leyéndolo tanto como yo al escribirlo.
Os doy las gracias por haber estado ahi leyendo y esperando bastante para ello. y de todo corazón me encantaría saber vuestra opinión de todo
PD: siento las faltas pero este lo acabo de escribir y lo quiero publicar ya ya yaaa jajaja
Un besazo!
Y ahí seguimos a escasos centímetros, aun agarrándome para
que no me caiga al vacio. Mirándome fijamente baja poco a poco su cabeza hasta que esta tan cerca de mí
que puedo sentir su aliento y oír su corazón latir fuertemente… ¿o es el mío?
-Sé que estoy loco, pero lo estoy por ti- susurra segundos
antes de besarme.
Sin palabras. Ese beso me dejo sin palabras, sin excusas.
Solo quería sentir y disfrutar de aquello.
Desde ese día mi vida cambio. No digo que olvidara como de
miserable había sido mi vida, una de las cosas que bien aprendí de mi padre es
aprender del pasado, de vendar heridas pero continuar de la mejor manera
posible.
Un día meses después de aquello Tobías vino a hacerme una
visita, decía que tenía un regalo para mí. Últimamente en el pueblo había una
extraña sensación, quizás me estaría volviendo loca pero sentía a veces algunas
miradas al pasar o alguna que otra persona cotilleando de mí a mis espaldas. Christopher
se mudo conmigo pero como está decidido en quedarse a mi lado está trabajando
en el pueblo y demás.
El regalo de Tobías se basaba en ponerme guapa y en un
vestido. Me puso el pelo recogido con rizos sueltos y una diadema de flores
blancas y doradas en el pelo. La uñas (INCREIBLEMENTE BONITAS DESPUES DE MIL
CREMAS) las pinto de dorado con copos blancos, el maquillaje era suave pero
bonito. Después el vestido era largo del banco más puro que podrías ver en tu
vida. Era con mangas hasta el codo con un encaje suave y delicado, apretado en
el pecho y la cintura para después caer levemente por el suelo dejando una cola
del vestido que me arrastraba cuando andaba.
-¿Tobías? ¿Por qué estoy vestida así?- le pregunte más de
una vez. Y el siempre me decía que cuando él estuviera conmigo tendría que
vestir elegante porque era algo especial.
-¿Damos un paseo?- me propuso
-¿Vestida así?- pero no pude con él y me saco de casa.
Caminamos por un sendero detrás de la aldea de vencedores no mucho, pero
entonces llegamos a un prado donde había gente sentada en troncos haciendo como
un círculo, donde en el interior estaba Christopher y un hombre más. El lugar había
sido decorado con bandas doradas y verdes y flores de mil colores. Había un
violinista que empezó a tocar cuando Christopher se acerco a mí. Tobías se
alejo unos pasos.
-Johanna- dijo Christopher
-¿Qué está pasando aquí?- dije con voz estrangulada
-Quería preguntarte algo-dijo él mientras hincaba la rodilla
en el suelo y sacando un anillo con una
esmeralda - Se que durante un tiempo hemos estado juntos de nuevo. Sabes mejor
que nadie que las palabras no son lo mío, pero tenía que pedírtelo. Te amo. Te
amo más que nada o nadie en el mundo y espero que tu también lo hagas y
aceptaras casarte conmigo.- dijo mirándome
con esos grandes ojos verdes- ¿Qué me dices Johanna? ¿Querrías hacerme el honor
de ser mi esposa?
-Sí, seria todo un honor ser tu esposa.
Imagínate una boda de cuento y no llegaría ni a la mitad de
lo que fue. Tobías me acompaño al altar, mi dama de honor fue Caroline. La hermana
de James, Ana fue la que llevo las alianzas. Llovieron pétalos de flores, la
gente canto y bailo después de la ceremonia, muchos lloraron en la ceremonia,
nos desearon felicidades por la celebración…etc. Mágico. El regalo de boda de
Caroline fue un caballo negro precioso, me daba cosa aceptarlo porque se veía de
raza pura.
Fui feliz, mucho. Pero lo más bonito lo hizo Christopher al
llegar el atardeces me llevo en caballo hacia el cementerio y allí ambos
pusimos flores en varias tumbas.
La de James, el chico que fue mi compañero de Distrito en
mis primeros juegos del hambre.
La de Blight, mi mentor y mi compañero en los 2 juegos, el 3
vasallaje de los 25.
La de mi madre, junto a la de mi padre.
La de Ethan, asesinado por Enobaria.
La de mi abuelo, el hombre más sabio que conocí jamás.
Antes de irnos Christopher me cogió de la cintura para
acercarme a él.
-Johanna, quiero que formes un nuevo futuro junto a mí. Pero
te aseguro que nunca olvidaremos el pasado.- y allí delante de todas las tumbas
me volvió a besar.
Año después tuve mi primer hijo, lo llamamos James. Era
moreno de ojos verdes, muy tranquilo siempre dormía en mi regazo. Tiempo después
llego una chica, con ojos verdes aun más grandes que su hermano mayor con mi
pelo y mi nariz, además de mi carácter. La llamamos Jimena, como mi madre. Era
curiosa y estaba siempre de un lado a otro. Ese año nos encontramos un cachorro
de labrador negro y lo adoptamos, lo llamamos Pipa y se hizo inseparable de los
niños.
Todos los años visitábamos a Annie, a Peeta y Katniss.
Incluso Gale se pasaba por casa, aparte de Tobías que siempre venia por navidad
y demás.
Peeta y Katniss tuvieron dos hijos, una chica y un chico. La
chica tenía el pelo oscuro de su madre y los ojos claros de su padre, era la
mayor y siempre era muy protectora con su hermano. Se llamaba Rose de Primrose
como la hermana de Katniss que falleció, su hermano tenia los rizos rubios del
padre y los ojos grisáceos de la madre, le llamaron Gale.
Annie tuvo un hijo de Finnick era igual que su padre por lo
que le puso su nombre. Mirarlo a veces era doloroso porque se parecia tanto a Finnick... pero con los años se volvió a casar ¿A que no adivináis
con quien? Si, con Gale. Ambos eran dos personas con el corazón roto y entre
ellos se ayudaron en sanarlo. Tuvieron una hija preciosa con el pelo moreno de
Gale y los ojos de color del mar de Annie. La llamaron Victoria.
Cada dos semanas nos reuníamos o en distrito 12, o el 4 o el
7. A estas reuniones venían también Haymitch, Tobías, Voltios incluso Effie. El
amor poco a poco empezó a surgir entre los más jóvenes que cuando ya eran
adolescentes empezaron sus romances. Mi hijo fue el primero en declararse James
no tardo mucho en decírselo a la hija de Gale y Annie, Victoria. Después el
hijo de Finnick y Annie, el más mayor de todos se lo propuso a la hija de
Katniss y Peeta algo más chica que él, aunque Rose no tardo mucho en aceptar.
Pero sin duda el más bonito y gracioso fue el hijo de Peeta
y Katniss, Gale, que había cogido las aficiones de sus padres de cazar y de
hornear. Y lo que hizo fue hornearle un pan con una tarjeta dentro y la clavó a
una flecha y mientras mi hija Jimena estaba en el bosque recogiendo fresas para
la cena de aquella noche se la lanza a un árbol cercana, tal susto se llevó ella que huyo
durante dos semanas de él. Pero el amor es caprichoso, que me lo digan a mí.
Semanas más tardes Jimena se escapo de su cuarto una noche y entro a
hurtadillas en el de Gale, que sus padres se habían quedado con nosotros varios
días y dándole un susto lo despertó.
-Bueno, ahora que estamos en paz. Acepto salir contigo.- le
dijo riendo>>
-Aaaah.-dijo mi nieta. Su pelo moreno y sus ojos verdes eran
como los de su madre, pero los gestos eran de su padre.- ¿Entonces los amigos que
vienen hoy son esos? ¿Mis abuelos también?
-Claro que si cariño ve a ayudar a tu hermana, corre.- le
dije dando una bandeja de galletas para que se a diera a su hermana, una chica
rubia de 11 años que y ojos grises.
-Cariño.-Me vuelvo y veo en la puerta a Christopher a sus
casi 50 años está todavía tan guapo como cuando me beso por primera vez.
Pero de repente entran en las casas dos niños corriendo, los
gemelos de la casa ambos morenos y de ojos claros que a sus diez años son los
más revoltosos del lugar, perseguidos por su hermana pequeña una niña de 7 años
que llevaba el pelo moreno tan largo y rizado como yo a su edad, algo más que
las dos compartimos al igual que el nombre. Se llama Johanna y es la más
parecida a mi.
-Abueeeeeela- gritan los tres al abrazarme- Te hemos echado
de menos ¿Hay galletas? ¿Guanda ha tenido los cachorritos ya?- me atosigan de
preguntas.
Ya a la noche con los niños acostados nuestros amigos
cenando y disfrutando, Christopher y yo nos vemos al acantilado a ver las
estrellas.
-¿Sabes qué?- me dice- Creo que ni en sueños habría tenido
una vida como esta
-Hablas como un viejo-le suelto
-Somos viejos
-Dilo por ti- y me rió- Yo quiero conocer a mis biznietos- y
me besa.
<<Me llamo Johanna Mason, tengo 2 hijos maravillosos, 5 nietos
preciosos, un marido que me ama, amigos que siempre están ahí. No necesito nada
más, todos ellos me aceptan y me conocen saben cómo tuve que vivir para sobrevivir pero les da igual, es
más están orgullosos de mi y sé que los que están arriba en el cielo lo están también… JODETE SNOW>>
viernes, 20 de junio de 2014
Capítulo 76
-No seas tan impaciente, niña…
<<Volví al Distrito 7, allí enterré a Ethan que como no tenia familia descansó junto a la mía.Al funeral asistieron unos pocos entre ellos Annie, Gale, Peeta y Katniss,incluso Tobías estuvo.
Pasaron los días, las semanas… me mudé a mi antigua casa en la aldea de los vencedores. Te resumo la situación, del distrito sólo quedaba viva una vencedora: yo. Los demás habían fallecido en la guerra. En ese momento sí,estaba sola, pero me negué a caer en una depresión. Estaba triste pero estaba viva. Al menos lo suficientemente viva.
Por las tardes me ponía el regalo de mis abuelos, la caperuza roja, y paseaba por el bosque. No tenía ningún motivo pero lo hacía, seguía teniendo comida en casa y a veces llamaba por teléfono a Annie y Katniss.
Habrían pasado meses desde que llegué cuando decidí ir por primera vez al centro de la ciudad. Quizás, sólo me picaba la curiosidad por saber cómo estaba Caroline o…Christopher. Mi primer y estúpido amor. Me encontré con mi mejor amiga, Caroline que estaba comprando en una tienda del mercado. Cuando me vio tuve miedo de su reacción ¿pasaría de largo? ¿Me daría con la barra del pan? Pero no. Simplemente de la sorpresa dejó caer la cesta donde llevaba la compra y corrió hacia mí con lagrimas en los ojos.
-Estás viva, estás viva- repetía
-Lo sé- le dije mientras le devolvía el abrazo.- Te lo dije, te dije que volvería a casa.
-No me lo puedo creer- sollozó- Tengo tanto que contarte, tienes tanto que contarme. ¿Tienes tiempo?
-Todo el del mundo
Me llevó a su casa y me contó que su primer hijo había muerto, porque estaba en el lugar y momento equivocado, pero su marido estaba bien. A pesar del dolor de aquella pérdida su sonrisa no estaba del todo perdida y el motivo era que estaba embarazada de nuevo. Ella me aseguraba una y otra vez que no habría forma de remplazar al hijo perdido, que siempre lo recordaría y que es un dolor extraño, como si te quitaran un trozo del alma. Luego yo le conté todo, TODO.
Desde ese momento ya no estuve sola, ella venía a casa todos los días salíamos y demás. Pero de Christopher no supe nada, nunca lo vi e incluso aunque le pregunté a Caroline ella me dijo que se apuntó de voluntario para luchar y no supo nada más de él.
Quizás esté muerto, es lo más probable.
Por verano los habitantes del distrito 7 aprovechan los descansitos del colegio o del trabajo y se bañan en los ríos o lagos del distrito. Por suerte, detrás de la cabaña de mi abuelo hay un estanque enorme de agua tan cristalina que se puede ver el fondo claramente. El caso, que un día de pleno calor me fui a bañarme. Como nadie pasa por allí desde que soy chica,me he bañado desnuda. Un día de mucho calor estaba bañándome cuando oi unos pasos que se iban acercando. Desde lo de Ethan siempre iba armada, porque no habían encontrado a Enobaria ni viva ni muerta. Era todo un misterio y quizás podría volver a por mí. Cogí el hacha que llevaba, el hacha dorada que gané en mis primeros juegos del Hambre y me sumergí en el agua.
Cuando oí y pude ver la sombra de una persona saqué la cabeza y me encontré un chico con rostro sorprendido. Era alto, y muy guapo,con el pelo cobrizo y de ojos tan verdes como el bosque, algo en sus ojos o en su expresión se me hizo familiar. No me salía el nombre, pero estaba segura que lo conocía. Iba vestido de militar, con la ropa del ejército rebelde que en alguna zonas seguía luchando, con botas altas marrones y una maleta cruzada en la espalda color verde.
Nos quedamos mirándonos varios minutos y el silencio era sólo interrumpido por los pájaros que cantaban a nuestro alrededor.Era incapaz de recordar su nombre.
Como no decía nada, pensé en salir. Y di gracias por tener el pelo tan largo que pude taparme el pecho que era lo único que se veía al intentar alcanzar mi toalla sin salir del agua. Deje el hacha a mi lado por si acaso.
-¿Sabes que mirar a una mujer bañarse no dice nada bueno de ti, no?- le dije- Al menos debería saber tu nombre.- dije poniéndome rápidamente la ropa y la capa roja por encima
-¿Eres tu Johanna? ¿Johanna Mason?- preguntó aún con una expresión de sorpresa mezclada con… ¿alegría? No estaba segura.
-Sí- y al decirlo dio varios pasos y me abrazo
-Te he estado buscando- susurró
-¿Qué haces? ¡Suéltame! ¡No te conozco!
-¿No me reconoces?- dijo dando varios pasos hacia atrás- Soy yo,Christopher
No soy mucho de las que huyen pero en aquel momento quería que la tierra me tragara. Así que empecé a correr totalmente desorientada mientras el gritaba mi nombre detrás de mi pidiéndome que parara.
En los límites del Distrito hay varios acantilados bastante peligrosos, imposibles de caer y sobrevivir para contarlo. Así que cuando llegué me quedé sin escapatoria. Al momento él llegó a mi lado y nos volvimos a mirar
-Escúchame-me pidió
-No quiero, entiéndeme ¡No quiero! Me rompiste el corazón, no confiaste en mí. Iba a morir y me quedé sola. Pensé que me querías, lo pensé de verdad.- casi le estaba gritando.
Estaba realmente cambiado y por desgracia mucho más guapo.
-Desde el momento que nos peleamos cada día que te veía me moría por haberte dicho esas cosas, por haber dudado de ti aunque fuera solo un momento…
-¿Y por qué no me dijiste nada?-le grité
-…por ¿orgullo? No estoy seguro, me avergonzaba de mi mismo. Cuando empecé la guerra y oí que seguías viva no lo dudé y me apunté a la guerra. Tenía que encontrarte y decirte mis motivos, no para obligarte a perdonarme si no que quería tu comprensión. Cuando llegué al Capitolio hace unas semanas me dijeron que no sabían mucho de ti pero que un amigo tuyo había fallecido en el distrito 4 y fui. Allí me dijeron que una pareja fue herida y que el chico murió, pero de la chica no sabían nada. Perdí la esperanza, incluso pensé que habías muerto. Pero volví a casa y me encontré con Caroline la cual me dijo que no sólo te había visto sino que además habías preguntado por mí,y eso me hizo pensar y crearme muchas dudas.
Me miró fijamente:- Dime la verdad, ¿aún te importo?
-Aunque pienses lo contrario, no soy una mala persona y claro que me importas. A pesar de ser el más capullo del distrito.
-No hay excusas para lo que dije, quizás solo era porque estaba celoso. ¿Sabes? Nunca había estado enamorado y verte allí sufrir por otro chico aunque estuviera muerto me descompuso. Fui el más capullo del lugar, pero se lo que siento.
-¿Y que sientes?- ya no le estaba gritando
-Se que te quiero, y sé que es mucho pedir que después de tanto tiempo, después de todo lo que te hice pasar me sigas queriendo. Por desgracia soy un humano egoísta que no quiere compartirte, que es ese momento no te respeto. Pero quiero que sepas que desde este momento aunque no me quieras ver, estaré ahí siempre para ti. Para todo lo que necesites. Porque te quiero y aunque pienses que estoy loco yo creo en el amor verdadero y se que tu eres el mío, Johanna.
-Estás loco- y resbale al poner el pie mal, pero por suerte él me agarró por la muñeca antes de una muerte segura.
lunes, 16 de junio de 2014
Capitulo 75
-Tu…- digo he instintivamente me coloco delante de Ethan-
¿Qué haces aquí?
-Mi madre tenía razón, la mala hierba nunca muere- dice con
voz asqueada
-Si lo dices por ti no puedo estar más de acuerdo- y noto
como Ethan intenta ponerse a mi lado, pero se lo impido.
-Además también decía que los cobardes suelen bromear
minutos antes de morir. Como tu.-En ese momento Enobaria sonríe con sus dientes
modificados y puntiagudos- Quiero venganza, y no me pienso ir de aquí sin ella.
-¿De qué habla Johanna?- me susurra Ethan
-¿No lo sabes? ¿Tan tonto eres que no sabes lo asesina que
es tu estúpida novia? Anda ve y cuéntale.
Le miro no sin antes mirar con odio a Enobaria.
-En mis primeros juegos, mate a su hermana. La mate y
disfrute, porque ella había matado a mi compañero de Distrito, y era ella o yo.
Así eran y son los Juegos.-vuelvo a mirar a Enobaria. ¿Lo siento vale? No tengo culpa de las reglas de los Juegos, solo tengo lo culpa de haber disfruta de mi venganza. Pero a él lo dejas.
Sonríe, con malicia. Sé que como ataque estoy perdida seguro
que esta armada y no solo me refiero a un arma sino que también tiene sus
monstruosos dientes. No puedo permitir que le hagan daño a Ethan y menos por mi
culpa.
-Vete- le digo en voz baja- Esto no tiene que ver contigo,
vete.
-Ni de coña- me dice- mi lugar está aquí.- y se pone a mi
altura, mientras me coge de la mano con fuerza.
-Qué bonito, el amor. – Salta Enobaria dando unos pasos
hacia nosotros mientras saca una pistola- Una pena que no dure para siempre.-
Apunta y dispara.
Y Ethan justo en ese momento cae. Y aunque no había soltado
mi mano se había puesto delante para parar la bala.
Corro a pesar de que las lágrimas me nublan la vista, a
sabiendas de que puedo recibir un balazo me lanzo contra Enobaria. Cuando la
derribo ella ríe a carcajadas.
-¿Que se siente cuando tu mundo cae en pedazos bajo tus pies, Johanna?
Intento inmovilizarla, pero me lanza un
bocado en el brazo que menos mal que le doy una patada para que la sanguijuela
suelte. El grito que sale de mi garganta no sale porque se lanza contra mí.
No sé donde se encuentra la pistola, es
un momento confuso mientras intento esquivar todos los golpes que me lanza o
sus intentos de más bocados. La mayoría lo consigo, pero me estoy llevando una
buena paliza, y estoy perdiendo sangre muy rápidamente. Consigo en un momento ponerme arriba y
empiezo a golpearla cada vez más fuerte. Pero no se cansa y consigue volver a
dejarme en el suelo.
Voy a morir.
De esta no salgo, es imposible.
-Suéltala
Enobaria mira para arriba, y es mi
momento. Ni lo pienso, cuando utilizo el arma favorita de Enobaria contra ella
misma, los dientes. Le muerdo el cuello, asqueada, intentando olvidar el sabor
en mi boca. Y solo la suelto cuando estoy segura de que ya no hará mucho.
Cuando me separo de ella, ella huye con
ambas manos apretándose el cuello. Con dificultad se levanta y echa a correr
sin mirar atrás.
Vuelvo la mirada hacia donde la voz
estaba y veo a Ethan de rodillas con la camisa empapada de sangre, y con la
pistola en las manos. Ante mis ojos se
desploma en el suelo, y cojeando corro hacia él.
Lo recojo, poniendo su cabeza en mis
piernas
-Tengo frió- dice con los ojos buscando
los míos.
-Lo sé, lo sé. Shhh, no te preocupes- le
digo llorando- vas a estar bien vendrán a ayudarnos y te pondrás bueno.
-No mientas, se te da fatal- dice
sonriendo.- Johanna
-¿Qué?
-Te quiero
-No me dejes, por favor, tú también no.-
susurro rota
-Jamás lo hare. Estaré…siempre- tose
violentamente-…junto a ti.
-Por favor- lloro- no, quédate, te
necesito.
-Dilo-me dice
-Te quiero, Ethan, tanto que no puedo
dejarte ir.- confieso abrazándole tan fuerte como para impedir que exista la mínima
distancia entre nosotros, para no permitir ni siquiera a la muerte que también me
lo robe.
-Pero debes hacerlo…-y se va quedando
dormido, como un bebe en mis brazos
-No, no- No noto apenas su pulso, le
cojo su cara en mis manos y con suavidad le beso empapándole de mis lágrimas-
Te amo, te amo, te amo…
“Y así fue como Johanna Mason volvió a
quedarse sola. Había encontrado el amor, un amor puro y verdadero que le fue
arrebatado tan rápido que apenas lo vio venir. Y volvió a estar rota y vacía,
como un muñeco desechado…
Había sobrevivido a dos Juegos del
Hambre, a una guerra civil, a numerosos enfrentamientos, pero aun así….”
-Pero, yo no lo entiendo- dijo una niña
de 5 años cruzando los brazos y poniendo una mueca seria, bueno intentándola.- ¿Y
al abuelo cuando lo conociste?
lunes, 2 de junio de 2014
Capitulo 74
De repente abro los ojos y exhalo violentamente, como si
llevara sin respirar mucho tiempo. Ciega, totalmente ciega es como acabo. No
veo. ¿Estaré en el cielo? ¿Es posible que el cielo sea tan blanco?
Vuelvo a cerrar los ojos, asustada. Y me obligo a pestañear
varias veces hasta que puedo ver, tumbada en una camilla miro al techo de lo
que parece una sala de hospital. Me incorporo y veo que no hay nadie a mí
alrededor, aunque si puedo apreciar el ajetreo que hay en el pasillo ya que mi
puerta está abierta y no paran de pasar enfermeros y médicos de un lado para
otro.
Tengo varias vendas por el cuerpo, pero estoy perfectamente
incluso me siento con fuerza. Me levanto y veo que voy solo con una bata y el
pelo suelto y largo, salgo al pasillo cuando un medico me para.
-¿Qué hace usted fuera de su cama?
-¿Dónde estoy?
-En el Hospital del Distrito 2, por favor vuelva a su habitación.
-Pero… ¿están aquí los demás?
Alguien me pone una mano en el hombro, y estoy a punto de
darle con el codo cuando dice: Sera mejor que le hagas caso, Mason.
-¿Annie?- digo al darme la vuelta.- ¿Qué haces aquí? ¿Y
Finnick?
-Esto…- y antes de decirme nada rompe a llorar, no hace
falta que me diga nada, yo también empiezo a llorar y las dos nos fundimos en
un abrazo el cual poco a poco acabamos en el suelo llorando como dos niñas que
han perdido parte de su corazón.
No sé cuánto tiempo, no sé cuantas personas pasaron de largo
al vernos. Nos teníamos mutuamente, nadie más que ella sabía como yo me sentía,
nadie como yo comprendía el dolor de su corazón. Habían matado a Finnick, ya no
estaba el chico simpático y cariñoso del distrito cuyos ojos eran como el mar,
y te protegía como un hermano mayor.
Semanas más tarde me encontraba en la playa de la mano de
Annie, la cual se agarraba la barriga de embarazada con la otra mano. En el
distrito 4 hay una tradición para los funerales sobre todo los de aquellos que
eran héroes. Ponían el cuerpo en una barquita blanca y lo rodeaban de hermosas
flores que escondían los tablones de madera que para cuando esta se encontraba
en dentro del mar se prendían y envolvían en llamas el cuerpo y hacían hundir
los restos, todo esto era después de que una persona lanzaba una flecha en
llamas. Esta persona solía ser un familiar pero en este caso fue Katniss, la
cual había matado a la presidenta Coin, y después de estar recluida y
enjuiciada se le había concedido salir del distrito 12 para venir. De Peeta no
se nada, ni de Gale…
Me vuelvo a despedir de mi amigo en el momento que pierdo de
vista la barca, otras lágrimas surcan mi cara pero me mantengo firme. Aquí no
es momento de derrumbarme de nuevo.
De camino a la aldea de Vencedores del distrito 4, Annie se
marcha de mi lado y se pone junto a Katniss para hablar, en ese momento alguien
me coge del brazo con suavidad.
-Hola- me dice una voz algo ronca al oído
Sonrió levemente- Hola Ethan.- Lo miro, y va vestido de
color negro, no como un soldado sino para un funeral como yo. Aunque he de
admitir que está muy guapo.
Me paró en seco, y nos quedamos mirándonos a los ojos
mientras la gente pasa de largo sin prestarnos atención. Es un momento hermoso,
de reencuentro donde no hace falta las palabras nuestros ojos lo dicen todo. Nos
sonreímos embobados, atontados por tenernos cerca. ¿Quién me diría que volvería
a sentir mariposas en el estomago?
Me acerco y él me rodea la cintura a la vez que yo el
cuello.
-¿Sabes? Me voy a mudar
-¿Qué tiene de malo el distrito 13?- le susurro- ¿Poca luz
del sol? ¿Empiezas a sentirte como un topo?
-Creo que encontré una casa más a mi gusto- sonríe
-¿ah sí? ¿Dónde?
-Pues en el Distrito 7, claro está. Tiene grandes bosques,
la luz del sol ilumina todo el lugar y creo que necesito salir de ese agujero.
-Qué pena…yo pensaba que lo hacías por mí.
-Siempre lo hare por ti.- y me besa, como aquel primer beso…
Quizás nos llevamos minutos allí, disfrutando el momento, respirando el mismo
aire, sin nadie alrededor…
-Venga vamos- empieza a andar cogiéndome de la mano.
Veo que estamos solos aun en la playa y que poco a poco el
sol se está marchando por el horizonte.
Caminamos tranquilamente. Y todo es
perfecto. Pero me llamo Johanna Mason, mi vida no es perfecta. Sobreviví a 2
juegos del hambre, a la guerra, al maltrato, pero la vida es cruel, no tiene compasión.
Y menos conmigo.
Mi pesadilla se encuentra de pie en el camino con los brazos
cruzados,…
sábado, 3 de mayo de 2014
Capitulo 73
Lo único que tengo que hacer es no mirar atrás. Porque si lo
hago no tengo garantía de no querer quedarme, de no preferir irme con Ethan a
cualquier lugar lejos de esta guerra.
Sería tan fácil
Subo las escaleras blancas hacia el gran portalón de la
mansión de Snow, en el momento justo me escondo tras una columna blanca cuando
pasan corriendo una patrulla de rebeldes que se dirigen hacia la plaza. No
quiero que nadie me vea, que nadie pueda interferir en lo que quiero hacer. No
tengo ni idea tampoco de donde están Tobías y su hermano, les deje en la plaza,
al menos eso es lo último que recuerdo.
Entro sin problemas, recuerdo la casa de todas las veces que
me trajeron, obligada a… a vender mi cuerpo. Mientras ando descuelgo el hacha
de mi espalda, con cuidado voy vigilando si tengo compañía. Aunque por el
momento no se ve a nadie.
Tengo una hipótesis de donde puede estar, en su despacho.
Allí siempre se encontraba cuando yo venía, recuerdo también las rosas blancas
que tenia decorándolo. El despacho y toda la casa.
Qué extraña obsesión por las rosas blancas.
Sé que he acertado cuando doblo el pasillo y veo a los cinco
agentes de la paz, con sus uniformes blancos y armados, escoltando la puerta
del despacho. Dos de ellos tiene una pistola en las manos, en cambio los tres
restantes no tienen nada entre manos excepto uno de ellos que tiene una porra
con la que juega distraídamente.
¡Maravilloso! Una contra cinco, y solo armada con un hacha,
un cuchillo y un arma la cual no se apenas disparar bien.
Necesito un plan…quizás si…no no sería una estupidez…pero…
he hecho muchas cosas estúpidas en los últimos años y aun sigo viva.
Vuelvo hacia atrás, pero ahora subo un piso más, y me coloco
más o menos encima de los agentes de la paz. Mi única oportunidad es
separarlos, si no, no podre colarme en la habitación de Snow.
Pienso…un ruido no me serviría de mucho porque ya han
estallado bombas fuera y no se han inmutado, ¿Qué puedo utilizar que yo sepa?
Soy una de las pocas vencedoras de los juegos del hambre viva, debería ser
capaz de hacer esto, siempre he sido capaz de ser yo misma sin importar lo que
le puedan hacer a mis seres queridos… ¡ESO ES! ¿COMO HE PODIDO SER TAN TONTA?
¿Cuál era la debilidad de todo vencedor? ¿Cómo se tiene a un
población entera comiendo de tu mano sin rebeliones? ¿Qué era Snow capaz de
hacer por el poder?
Eso es, el amenazaba a tus seres queridos. Yo misma viví
eso, al menos los primeros años, ya cuando me quede sin nadie a quien proteger
todo me fue importando una mierda.
Y ahora lo más importante… ¿A quién quiere Snow? ¡A su
nieta! Su adorable nieta, la famosa nieta de Snow ¿Quién no la conoce si suele
salir mucho en la tele con su abuelito?
Agarro fuertemente el arma, y me escondo detrás de un
mueble. Desde aquí puedo disparar perfectamente y es difícil de verme. Ahora
simplemente cojo aire
-¡Abuuuuuelo! ¿Dónde estás? – chillo con voz muy aguda,
haciendo memoria para imitar la de la niña famosa de la tele.- ¡Socorro! ¡Ayuda!
Oigo al menos un par de personas que suben corriendo por las
escaleras. Y el primer agente de la paz se me pone a tiro. 3…2…1…disparo y
muerto. El segundo se gira hacia los lados confuso y algo asustado. A este
simplemente le disparo y cae al suelo segundos después soltando el arma y agarrándose
el costado.
Espero un minuto pero nadie más aparece. Salgo de todas
formas lentamente de mi escondite, los dos agentes de la paz que se encuentran
en el suelo ya no son blancos, sino ahora más rojos que blancos, eran los que
llevaban las pistolas. Han venido los que suponía.
Bajo, y sin que me vean los tres restantes saco el hacha,
apunto al que tiene la porra y le acierto de lleno en la cabeza. El sonido es
espantoso, y hace que uno de los agentes de la paz que quedan chille como una cría
de cerdo.
Ahora sí que salgo de la sombra.
-Hola- digo- Hagamos esto mucho más sencillo ¿queréis?
Vosotros os vais sin avisar a nadie y yo no os mato ¿Qué me decís?
Los agentes de Paz suelen proceder de los distritos
profesionales, ya que desde niños los entrenan para que ganen los juegos, como
si participar fuera todo un honor y la victoria colmaría de gozo a la familia.
El caso es que cuando son mayores algunos van a trabajar como Agentes de paz.
Habrán sido criados por una panda de hipócritas, pero… hay
que reconocerles que son profesionales en su trabajo. Los dos se lanzan sin pensárselo
contra mí. Al primero lo esquivo con facilidad echándome a un lado, al segundo
ya me cuesta un poco pero consigo evadirlo al agacharme, mi objetivo es
conseguir recuperar mi hacha. Y lo hago, en el mismo momento que uno de ellos
me coge por la cintura y me levanta en volandas, mi oportunidad se ve clava
cuando se despista seguro de su victoria y le clavo el hacha justo en el costado,
eignn eso tuvo que dolor, por el sonido se han roto varias costillas, y no me
refiero solo a sus gritos.
Me suelta mientras grita y el otro se lanza hacia mí, derribándome,
los dos nos levantamos y nos quedamos mirando fijamente. No sé si es una chica
o un chico porque lleva casco.
La primera en atacar soy yo, intentando que el hacha le dé
en la cabeza pero lo esquiva ágilmente. Me da una patada que me desequilibra un
segundo, pero consigo ponerme de nuevo bien. En un segundo vuelvo a atacar pero
ahora mi intención no es herir sino quitar, y consigo quitarle el casco, revelándome
que se trata de una chica con el pelo rubio recogido en una larga coleta, tiene
un corte en el labio y esta respirando agitadamente.
-Te lo repito una vez más- le digo- Vete, aprovéchate.
-No puedo- contesta, y se lanza encima de mí, aunque el
hacha se pone entre las dos y se queda ahí, clavada en el pecho de la chica
cuya mirada se pierde en segundos.
Sigo armada con el cuchillo, y me vuelvo para entrar en la
sala. Ya esta, lo conseguí y solo tengo algún moratón y…ai quizás una costilla
rota. Solo estoy moviendo el pomo de la puerta cuando algo me da
-PIUNG!-suena un arma al disparar.
Caigo al suelo y miro a quien me ha disparado, es un chico,
bueno un agente de la paz que se ha quitado el casco y que aún mantiene una
mano en su costado que parece que no deja de sangrar. Es al segundo que dispare
arriba…
Se acerca cojeando, aun apuntándome como si fuera a
rematarme, se va acercando y justo cuando se coloca de cuclillas, agarro la
daga que tenía en la bota y en un solo movimiento le corto la garganta. Llenándome
de sangre, entera.
-Buenas noches- susurro, no se a quien. ¿A ellos o a mi
misma? Quizás sea lo mejor, como si la vida hubiera sido solo un mal sueño. A
lo mejor al despertar estoy mejor o quizás me muera, al final. Después de tanto
dolor, solo me apetece dormir.
Dormir para siempre.
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