Capitulo 61

La rutina nos empieza a gobernar  a todos, como la noticia de la muerte de Katniss recorría el país la estuvieron grabando mientras se recuperaba. Al parecer mientras estaba cautiva los rebeldes utilizaron a nuestro Sinsajo mediante anuncios para fomentar a los demás rebeldes.

Pero la mejor noticia vino a contármela Annie, ¡quiere que sea su madrina!, es decir, Finnick le pidió que se casara con él. No me podrían dar mejores noticias, creo que son lo único que me queda, mis últimos amigos, y evidentemente accedí. 

(Finnick y Annie)---> más jóvenes

El día que Katniss se la lleva a su antiguo hogar donde quedaron algunos de sus trajes y de los de Peeta, para el novio; yo voy directa a la sala donde tienen a Peeta encerrado, bueno más bien vigilado ya que tienen como 10 psicólogos dando vueltas mientras él hace una increíble tarta con nata imitando las olas y demás. No tengo problema en entrar y me acerco poco a poco.

-Hola, Peeta- le digo y me siento en una silla junto a la de él, que aunque sigue con la vista fija en la tarta, susurra un breve hola.

-Es bonita- continuo alabando su trabajo, no quiero hablar mucho porque al parecer la última vez que Katniss vino la llamó muto y cosas por el estilo. Snow le borró prácticamente la memoria…

-Te recuerdo ¿sabes?- va directamente al grano.- Eres una de las pocas cosas que recuerdo.

-¿Y qué recuerdas?- pregunto, quizás Snow le metiera un recuerdo falso o modificado.

-Recuerdo…que no tienes pelos en la lengua, siempre dices lo que piensas como en tu entrevista o en el ascensor- y medio sonríe, parece de nuevo el chico simpático que conocí hace unos meses.-…y sobre todo, tus gritos.- cuando dice eso hasta yo siento un escalofrió por mi columna.

-Bueno,…y yo los tuyos- respondo, mientras me levanto- Nos vemos en la boda ¿vale?- No puedo hablar de esto, ni ahora ni nunca.

-No tengo más remedio- comenta.

Voy a arreglarme, es decir, cambiar mi mono diario por un vestido que Katniss “amablemente” me ha traído, es una cosita verde preciosa hecha por Cinna, llevo el pelo recogido en un moño del que los rizos se me escapan y como estoy “loca” y no me apetece ponerme zapatos voy descalza.

La boda en si es sencilla pero bonita, la decoración es con hojas otoñales hay unos 300 invitados del 13 y del 12. La gente va vestida con la ropa del día a día, mientras que los novios van espectaculares y no por la ropa sino por sus rostros, tan enamorados, tan felices. Durante la ceremonia toca un violinista del 12, y yo me coloco junto a él, ya que al ser madrina tengo que estar cerca de la pareja.

Cuando se besan después de algunas tradiciones del 4, y seguido del brindis empiezan a tocar música más animada y los del 12 son los primeros en bailar. Entre ellos una señora mayor agarra a Gale y se lo lleva a bailar, al lado de mi veo a Katniss dando palmas. Y no puedo evitarlo.

-¿Vas a perder la oportunidad de que Snow te vea bailar?- le digo y ella rápidamente asiente y va en busca de su hermana, Prim.

Como no se qué hacer observo a la gente hasta que localizo a un chico un poco mayor que yo con cara de aburrido. Es del 13, así que lo que pienso hacer ahora lo cogerá desprevenido, mejor algo nuevo. Me acerco a él y veo como su cara pasa de curiosidad a sorpresa cuando sin aviso lo cojo de la mano y lo obligo a ir a la pista de baile.

-Venga, vamos. Este vestido no puede quedarse sin salir por la tele- le digo mientras bailamos.- Además así no te aburres, me llamo Johanna.

-Yo, Ethan- dijo el soldado cortado.

Bailamos y bailamos, los del 12 nos enseñan pasos nuevos y todos nos divertidos de verdad.

Luego llega la tarta y veo como Katniss pone cara de asombro mientras la mira, luego Haymitch la llama y después de hablar un rato salen. Decido salir yo también, pero el chico me coge del brazo.

-Espera, esto… ¿quieres un poco de tarta?- dice sonrojado.