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viernes, 20 de septiembre de 2013

Capitulo 50





Tanto Peeta como yo echamos a correr hacia la jungla, pero a unos 3 metros ambos chocamos contra un muro transparente. Mientras tanto, los gritos continuaban ya que Katniss gritaba desesperada  el nombre de su hermana pequeña. La quería mucho, ya que cuando el año pasado le tocó a Prim ir a los Juegos del Hambre, Katniss se sacrificó por ella y se presentó voluntaria. Pensando en aquel momento que moriría.
Fue un acto valiente, un acto de rebeldía involuntario de no querer aceptar la muerte inminente de una persona querida. Y eso la hace con más cosas el símbolo de la Rebelión.  Pero aún así sigue siendo insoportable, al menos para mí.
Peeta y yo damos golpes en el muro, en ese momento se oye ahora la voz de Finnick gritando
-¡Annie! ¡Annie! ¡Annie!
¿ANNIE? ¿Pero qué demonios pasa aquí? Tanto el rubio como yo empezamos a gritar los nombres de nuestros amigos sin dejar de dar golpes en el muro invisible. A los minutos vemos viniendo a una Katniss angustiada y un Finnick con lágrimas en los ojos. Se chocan contra el muro  y Peeta intenta en vano explicarles que hay algo que nos separa. No aguanto más e intento con el hacha romperlo, pero es en vano.
Veo poco a poco como mis amigos caen al suelo y se tapan los oídos, mientras se mecen. Al rato aquello que no nos dejaba pasar se evapora y Peeta corre a abrazar a Katniss mientras yo me siento junto a Finnick e intento consolarlo.
Katniss aún llorando nos dice que había charlajos, es decir, los mutos que son capaces de reproducir incluso conversaciones que escuchan. Y que hacían los sonidos de los chillidos de dolor de Prim, y las demás personas. Y ambos por la forma de actuar estaban convencidos de que ese sonido los habían tenido que oír en algún sitio donde estaban torturando a sus seres queridos.
Beete llega junto a nosotros aunque no habla, y Peeta le dice a Katniss que se tranquilice que ahora mismo su hermana estará siendo entrevistada como las demás familias de los tributos que están vivos ahora. Veo como Finnick asimila sus palabras con esperanza y Voltios les explica que es posible ya que los niños en su distrito aprenden técnicas para hacer cambiar y modificar la voz.
-Claro que Peeta tiene razón. Todo el país adora a la hermana pequeña de Katniss. Si de verdad la hubiesen matado así, probablemente se encontrarían con un levantamiento entre manos- exclamo- Y no les gustaría- Levanto la cabeza para que todas las cámaras vean bien mi cara, para que Snow la vea- ¿¡Que se rebele todo el país?! ¡No les gustaría nada!- Chillo.
Katniss me mira con la boca abierta, mientras me levanto y digo que voy yo a por el agua. Y cuando paso por su lado me agarra de la mano.
-No entres ahí, los pájaros…- me dice con miedo en la voz.
-No pueden hacerme daño, no soy como vosotros.  A mí no me queda nadie- le respondo. Y sacudo su mano. Por el camino me doy cuenta de lo que he dicho es cierto, tan cierto como doloroso. No me queda nada. No me queda nadie.
Nadie que defender, quizás… solo quizás lo único que me queda seguro y si salgo de aquí es la venganza. Mi padre decía que la venganza no es buena, pero yo no lo veo así. Quizás no sea buena como propósito de vida pero si se acaba con esta situación ¿Cuántos niños se salvaran cada año? ¿Cuántas familias no lloraran la muerte injusta de sus hijos?
Le llevo agua en una caracola a Katniss  y vuelvo a la jungla, sabiendo que todos mis familiares y amigos han muerto y aunque venga un charlajo con su voz sabré que es mentira. Salvo que sea de Tobías o Ana, pero del 1º no sé nada y de la 2º nadie sabe de nuestra amistad.
Voy recogiendo las flechas que Katniss le lanzó a los charlajos y sólo el sonido de un cañón hace que vuelva corriendo a la playa. Todos vemos como un aerodeslizador baja varias veces para llevarse los cachitos de un tributo. Peeta añade al dibujo del reloj, una CJ de charlajos y en otro sector bestia.
Llega la noche y cenamos pescado recién sacado del mar, un poco más tarde empiezan las caras, después del himno de Panem…
La primera en salir es Cashmere. Gloss, Wiress, Mags, la mujer del distrito 5, la adicta del 6, me preparo para la siguiente cara que es la de Blight <<Adiós amigo, te echaré de menos. Gracias a ti sigo viva>> y por último el hombre del 10.
-Nos están machacando-comento.
-¿Quién queda, además de nosotros cinco y del distrito 2?- pregunta Finnick.
-Chaff- comenta al instante Peeta.
En ese momento cae un paracaídas con bollitos cuadrados individuales típicos del distrito 3.
-Son de tu distrito, ¿no, Beete?- le dice Peeta.
-Sí, del distrito 3. ¿Cuántos hay?
Finnick los cuenta, y de inmediato entiendo su cara. Este el código que teníamos que recibir para que nos dijeran cuando nos iban a sacar de esta maldita jaula.

Pronto.

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