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martes, 16 de julio de 2013


Capitulo 27



Más tarde cuando recuerdo lo que pasó, sólo sé que me quedé en shock.
Les vi alejarse. Y caer.
Las figuras de los dos tributos se perdieron en el mar cristalino, siempre recordaré la imagen de Will gritando e intentando soltarse de Christian y este sin soltarle le empujaba al fondo pero me seguía sonriendo hasta el final, a mí.
Cuando vi por primera vez la arena me di cuenta que el precioso mar azul desembocaba en una gigantesca cascada que desde donde estoy no se le ve el fondo. Y estoy en lo cierto porque cuando perdí de vista las dos figuras de los tributos al cabo de unos minutos sonaron dos cañones.
Me quería quedar parada, quieta y no moverme más. Pero no puedo permitirme ahora ese lujo porque aún queda un tributo conmigo en la arena. Y tiene que morir.
Alessandra                                                             
Corro hacia donde está la caja de mi distrito y veo lo que hay dentro.
No mentiría si digo que ya me lo imaginaba. Es una preciosa hacha de color dorada, y grabada en el mango con mi nombre. Pesa lo suyo pero es realmente hermosa.
No puedo resistir la tentación de abrir la caja de Will, en la suya hay una maleta con comida y botiquín aunque hay más, una bonita lanza también en dorado. Como Alessandra aún no ha llegado abro su caja y ni miro su contenido ya que directamente lo oculto en la cueva donde me escondí antes.
Queda una caja más, la de Christian, la abro rápido porque temo que llegue Alessandra y como estoy herida que ella tenga ventaja.
Tengo ya abierta la caja cuando oigo que alguien se acerca corriendo, agarro el saco que había en el interior de esta y salgo corriendo en la dirección contraria del sonido.
Corro por las colinas, pasando de lado el árbol de tortura de Fredic, y no paro hasta que llego a mi árbol. Subo y lo primero que hago es ver si alguien me ha seguido. Cosa que no ocurre, luego me curo las heridas, nada serio unos cuantos cortes, algún moratón y el labio hinchado porque el bestia de Will me lo rompió.
Como y bebo he intento descansar un poco, cuando me despierto veo que ya es de noche y en el cielo salen las caras de Will, distrito 4 y Christian, distrito 12.
Adiós a otro amigo.
Eso me recuerda que me llevé su bolsa, la que le mandó el capitolio.
Cuando la abro no me lo quiero creer, ¿Por qué? Esto tiene que ser una broma, no es justo.
Dentro de la maleta había un bote, que indica en letras grandes que es una medicina para curar enfermedades de la sangre.

¿Se podría haber salvado?

3 comentarios:

  1. Aaahhhhh Christian D':
    Me encantaaaaaaa! Necesito el siguiente Celia por favooor^^

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  2. Que, que, QUE?! Ains no, Christian, :'( le voy a echar muchisimo de menos y más ahora sabiendo que de no haber queridoi ayudar a Johanna habría conseguido su regalo. Me encanta la historia, te seguiré leyendo hasta el final.
    Nos vemos :D

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    Respuestas
    1. Ya da mucha pena, pero es asi...
      Puff puess veras. Espero lo que estoy escribiendo te guste:)

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